Juego 1: Dirección.
El primer día de clase, lo primero que hicimos fue un juego de dirección de “Orquesta”. Nos pusimos todos en círculo, de manera que pudiésemos observar al profesor, que en este caso, era el director.
Para empezar, teníamos que colocar una mano hacia arriba, imaginando que la apoyábamos en una mesa, y la otra encima de ésta para dar la palmada. El director nos dirigía sin hablar, es decir, él con su mano nos indicaba cuando dar la palmada. Esto lo hacía levantando la suya. Habían variaciones, es decir, si la levantaba más, tendíamos que dar la palmada más fuerte.
Después nos explicó como dirigir nosotros. Consistía en imaginar que teníamos una mesa delante y en ella apoyábamos nuestras manos y en base a eso, levantar las manos según quisiéramos la palmada. Es muy importante la referencia óptica de los alumnos, es decir, todos los alumnos nos tienen que ver, y nosotros tenemos que ver a todos los alumnos, pues ellos tienen que saber lo que tienen que hacer a través de nuestros gestos y movimientos, y nosotros tenemos que observar si lo hacen bien o si se equivocan.
Otras variaciones del juego es que el profesor sacó a varias personas para que dirigiesen ellas siguiendo las instrucciones que él había dado.
Con este juego se trabaja: la coordinación, el ritmo y la atención.
He aprendido que: no hace falta gritar para dar instrucciones y explicar un juego, ni siquiera hablar, con gestos corporales y faciales podemos explicar un juego y dirigirlo sobre la marcha.
Propuesta didáctica: hay un juego llamado “El director de orquesta” que está relacionado con los ritmos y que se puede llevar a cabo en el aula de música. El juego consiste en que todos están en círculo y uno sale al medio. A éste se le tapan los ojos mientras el profesor elige a un director de orquesta. El director de orquesta tendrá que empezar a hacer un ritmo (por ejemplo, palmadas) y los demás deben seguirle. El niño que está en medio debe tratar de adivinar qué compañero es el director de orquesta. Dicho director debe ir cambiando de ritmo (palmadas en las piernas, pitidos…) para que el resto le sigan y el del medio pueda adivinar quién es.
El profesor nos aconsejó buscar un vídeo de alguna orquesta en la que pudiéramos ver los gestos del director. He escogido un número de la obra “Carmina Burana” de Carl Orff. . También decir, que dirige sólo con una mano, porque imagino que después en los siguientes números tocará el violín a la vez que dirigirá a la orquesta y el coro. Y como última curiosidad, aunque no es el único que lo hace, decir que dirige sin batuta.
Para dar la entrada hace dos movimientos: el primero es sólo para avisar a los músicos y lo que hace es poner su brazo y mano atrás. Acto seguido, realiza el segundo movimiento, con el cual ya indica a los músicos el comienzo de la obra y lo que hace impulsar su brazo y mano que tenía atrás para adelante, con mucha fuerza, ya que el número empieza con mucha fuerza e intensidad. Después vuelve a hacer el mismo gesto varias veces para dar el inicio de cada frase. Luego pasa a realizar los gestos del compás ternario, poniendo más fuerza en la nota fuerza añadiendo un intenso movimiento de cabeza, y haciendo menos fuerza en las notas débiles. El gesto final no se llega a ver, pero bueno, realiza el del principio, es decir, echa el brazo hacia atrás y lo impulsa hacia adelante para dar la señal de que el número acaba. Imagino que también realizará con la mano el gesto final: extender los dedos de la mano y cerrarlos.
Juego 2: Pasa la palmada.
En este juego, seguíamos en círculo. El profesor dio una palmada dirigida a su compañera de la derecha y dijo “Pasa la palmada”. La palmada se fue pasando hasta llegar de nuevo a él. Entonces en vez de dar una palmada, dio un golpe en el suelo con el pie y sucedió lo mismo. Después el profesor explicó que para cambiar de dirección, teníamos que dar dos palmadas o dos golpes en el suelo. Y así hicimos. Cuando alguien se equivocaba, el profesor lo eliminaba del círculo.
De este juego hay que destacar el liderazgo. El profesor es el que “manda”, vigila, controla y pone las normas sobre la marcha, da órdenes implícitas, él es el modelo y no tiene necesidad de explicar nada con antelación, es decir: se aprende jugando.
En este juego se trabaja: la coordinación, la atención, la memoria y el ritmo.
He aprendido: A mí me surgió una duda, y es que me pregunté si lo de hacer las normas sobre la marcha funcionaría con los niños. El profesor me dijo, que por supuesto, a la hora de llevarlo al aula, podemos adaptarlo según las necesidades y las características de los niños.
Juego 3: El diapasón.

La finalidad de un diapasón es que a través de la nota que nos proporciona (el La) podamos cantarlo y llegar a las demás notas, subiendo y bajando en la escala. El profesor nos hizo a cada uno escucharlo e intentar dar el La. Algunos lo consiguieron y otros no. También aprendimos que el sonido que suena al descolgar un teléfono fijo es un La (440 hercios).
¿Por qué aprendimos esto? Porque cuando cantemos con los niños, es bueno cantar siempre en la octava que ellos cantan, y para ello nos es útil la nota que nos proporciona el diapasón, así siempre cantaremos en el tono de los niños.
También aprendimos que en el aula podemos dedicar un día a enseñarles a los niños el diapasón. No para que sepan afinar y den el La ni mucho menos, pero será divertido que sientan sus vibraciones, que lo escuchen, que aprendan a cogerlo, y hacer juegos en los cuales pasen las vibraciones a través de sus huesos y lleguen a sus oídos y puedan experimentar con ello. Además, nos hemos dado cuenta que un instrumento puede ser presentado en clase de forma divertida y no teniendo que explicarlo de forma teórica, sino de manera participativa a la par de divertida.
Muy buena la entrada del blog! Me ha dado muchas ideas para poder realizar actividades divertidas en grupo relacionadas con la música.
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